LA INVASIÓN DE LA TIJERA

Y eso justamente iba a ocurrir con el último golpe de guadaña del Gobierno. Por sorpresa el Boletín Oficial del Estado publicaba el lunes que se prohibía a los ayuntamientos pedir créditos de aquí al 31 de diciembre de 2011.
Los alcaldes no se lo podían creer; la prohibición entraba en vigor al día siguiente sin darles capacidad para reaccionar. Las tertulias radiofónicas se llenaron de alcaldes que llamaban explicando que tenían un centro de salud a medio construir que iban financiando con créditos del banco o que este año ya se habían comprometido a invertir en la construcción de un puente para la que ya habían contratado a una empresa.
A la vicepresidenta económica también le llovieron las llamadas. Desde alcaldes de grandes ciudades hasta pequeños pueblos querían una aclaración, ya fueran de uno u otro signo político. Se le ha llamado ya «la rebelión de los alcaldes».
Así que el lunes por la tarde reunión de urgencia en la sede del PSOE. Misión: convencer a Elena Salgado de que no podía ser. A las 23 horas, lo lograron y el martes por la mañana el BOE tenía una fe de erratas que decía que la medida entraba en vigor el uno de enero de 2011. Los ayuntamientos tienen 7 meses más para pedir créditos.
Están más contentos pero ¿realmente es necesaria esta medida? ¿ es justo tratar a todos los ayuntamientos igual?. Hay localidades que tienen una deuda enorme, de más de 2.000 euros por habitante, como Madrid , y hay otras que no tienen deuda o la tienen muy baja. ¿Deben pagar las hormigas por las cigarras?